No dudé en llevarmelo a casa y lo dejé sobre mi almohada. Comencé a hablarle aunque no contestara y, como era tarde, lo metí conmigo en la cama.
A las doce de la noche una luz blanca me despertó, venía de mi ventana. Se trataba de una nave espacial. Unos marcianitos de la galaxia X219Y se llevaron a mi gatito, un gatito rojo y de orejas redondas; mi gatito de otra galaxia.
me gustado mucho tu relato me pregunto si lo has imaginado o soñado?...a tu lindo gato rojo.
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